Elementos no textuales

Los elementos no textuales de un documento, ya sean imágenes (fotografías o ilustraciones), gráficos de datos, cuadros de texto (que a pesar de su contenido deben ser tratados como imágenes), formas geométricas, fórmulas matemáticas o elementos multimedia, no son accesibles para aquellas personas que requieren hacer uso de tecnologías de apoyo como son los lectores de pantalla o la línea braille. Por ello es importante ofrecer una forma alternativa de acceder a la información que aportan estos elementos. Generalmente, esto pasará por añadir una descripción o texto alternativo en las propiedades del elemento visual insertado en el documento. La gran mayoría de editores modernos ya incorporan la opción de añadir texto alternativo a las imágenes y a otros objetos como son los cuadros de texto y las formas geométricas que se usan para componer esquemas.Debemos tener en cuenta que esos textos alternativos serán las únicas informaciones sobre los respectivos elementos visuales a las que podrán acceder las personas usuarias de tecnologías de soporte como las ya comentadas y por ello es muy importante que la descripción aportada como texto alternativo sea suficientemente completa; que sea una descripción objetiva y que tenga en cuenta los detalles y valor esencial que aporta el elemento.

Redacción de texto alternativo

Pongamos, por ejemplo, que escribimos un artículo sobre la ciudad de París i que en el documento incluimos una fotografía a vista de pájaro de la Plaza de la Bastilla de aquella ciudad. Si esa foto cumple tan solo una función ilustrativa, el texto alternativo que debería acompañar a la imagen podría decir "Vista aérea de la Plaza de la Bastilla en París". O si incluyésemos una fotografía de la fachada principal de un edificio emblemático como el de la Ópera Garnier, el texto alternativo que la acompañase podría indicar "Fachada principal del Palacio Garnier de París (también conocido como Ópera Garnier)". Tengamos en cuenta que no es necesario empezar la descripción indicando que se trata de una fotografía, puesto que el lector de pantalla (u otra tecnología equiparable que este usando la persona) ya se encargará de anunciar que el elemento en cuestión es una imagen.

Por otro lado, si en un documento una imagen se inserta para mostrar o evidenciar ciertos detalles de una composición visual más amplia, el texto alternativo también deberá hacer énfasis en esos mismos detalles y describirlos adecuadamente (si es que estos no se han incorporado ya en el texto principal). Imaginemos un artículo sobre historia de la moda con ilustraciones de trajes de época: según la importancia que el autor o autora le otorgue a los detalles que muestran esas ilustraciones, deberá hacer una descripción más o menos minuciosa en el texto alternativo.

De igual manera, en casos como el de los esquemas u otras figuras construidas a partir de varias formas, deberíamos poder agrupar estas formas y dar texto alternativo al objeto resultante en su conjunto (no a cada forma por separado), pero de nuevo con el grado de detalle adecuado para que no se pierda información esencial y pertinente. Si, por ejemplo, hemos confeccionado un esquema para hacer referencia a las diferentes fases de un proceso, deberíamos describir el esquema completo con cada una de las fases.

A veces en los documentos se incluyen imágenes meramente decorativas que no aportan información alguna. En estos casos no resultaría necesario ningún texto alternativo pero, a día de hoy, pocos editores de texto permiten marcar esas imágenes como decorativas. Si la aplicación que usamos no nos ofrece esta opción, recomendamos que igualmente se anote la indicación "Decorativa" en la propiedad de texto alternativo de la imagen. Otras guías pueden llegar a recomendar que se inserte un espacio en blanco (o dos dobles comillas seguidas) por influencia de las directrices WCAG de accesibilidad web, pero en realidad estas hacen referencia a las especificaciones del estándar HTML para la creación de páginas web y en muchos casos, como el que nos ocupa ahora, las mismas orientaciones no se pueden aplicar de la misma forma en documentos creados con un procesador de textos y compartido en su formato nativo de edición (DOC, DOCX, ODT...) o en otros formatos de visualización y lectura como puede ser PDF. 

Alineación de elementos con el cuerpo de texto

Es muy habitual configurar las imágenes o figuras y otros elementos como flotantes (sobretodo cuando el documento se presenta en forma de artículo y la imagen cumple una función más decorativa que informativa) y, sin embargo, en el caso específico de documentos creados con editores de texto (otro escenario algo diferente es el del contenido web, cuyas tecnologías permiten separar completamente estructura y diseño visual), estos elementos flotantes no resultan nada accesibles para las persones que hacen uso de tecnologías como los lectores de pantalla.

Por decirlo de alguna manera, en la estructura interna de estos documentos, los elementos flotantes no siguen la misma ordenación que el resto de contenidos. Digamos que se sitúan en otra capa (como si quedara superpuesta), y por ello los lectores de pantalla no pueden ubicarlos adecuadamente ni relacionarlos con el resto del contenido. Así, pues, es importante evitar los elementos flotantes y configurar objetos como son imágenes u otros elementos no textuales para que se sitúen en línea con el texto. De esta otra manera, los objetos se mantendrán en la misma capa que el texto, seguirán el mismo flujo de ordenación que el resto de contenidos y los usuarios de tecnologías como los lectores de pantalla no tendrán problema para relacionarlos con el resto de contenido.